miércoles, 15 de agosto de 2012

¡Soy Yo!

A veces me habría gustado gritarle a todo el mundo como me sentía, que estaba completamente al borde de la locura, que mi vida, cual torre de naipes, se había ido al piso por completo, sin quedar siquiera la base, muchas veces sentí la necesidad de tirar todo a la basura, mandar todo a la punta del cerro, mandarlos a todos junto con mis problemas, llegué a un punto donde ni yo controlaba lo que pasaba, no era capaz de controlar mi vida, solo aceptaba cada porquería que se enfrentaba a mí, y eso para qué se podrán preguntar, en realidad me enseñó muchísimo esas cosas que viví, no puedo decir que ahora empezaré de cero, sería una gran tontería, tengo una hija que amo y adoro con mi vida, decir buenas es poco, son excelentes amigas y compañeras, tengo una familia, que, aunque no sabe mucho de todo lo que me pasa, o lo que he pasado, me apoya, y así suma y sigue… Muchas veces me pregunte si realmente todo por lo que peleaba valía la pena, lo dude, un millón de veces es poco, dejé todo de lado por seguir mis ideas, por ser testaruda, orgullosa y muchas otras cosas que menos mal no recuerdo o ya me estaría riendo, di la espalda a personas que quería mucho, dejé de hacer las cosas que me apasionaban, y me convertí en lo que muchos tuvieron la mala suerte de conocer, la Johana, dura, gruñona, poco soñadora, negativa, aquella Johana que tuvo que depender de pastillas, de psiquiatra, psicólogo, de noches de tragos, de cortes, de miles de cigarros, y aún la pregunta es… ¿y eso para qué? Ahora puedo responder, ahora, después de un año muy difícil, ahora que me di cuenta que no todo se había perdido, que en el interior mantengo mi esencia, sigo siendo yo, y no la chica destruida que creí ser, la que no encontraba solución y veía que nadie entendía que me pasaba, la que se escondía detrás de falsas sonrisas, de falsas “soluciones”, falsos intereses, y otras cosas, me costó muchísimo encontrarme otra vez, y por fin decir, “ahora estoy lista para ser feliz”. Es cierto, no iniciaré desde cero, no borrare las marcas que dejó en mi este año (en realidad casi 2 años o más), y la verdad no lo quiero hacer, quiero ver para atrás y darme cuenta que pude superar esas cosas, que pude derribar mil muros que aparecieron, que otra vez tengo metas, sueños y aspiraciones a ser mejor. Que puedo llegar a ser una mejor madre, amiga y persona en general, puedo decir que anduve con mis piernas y no con bastones, pero primero tuve que tocar fondo, un par de veces, y lo más complicado es que por un momento creí que esto jamás se terminaría. No sé si esto lo leerán muchas o pocas personas, si le interesará a alguien o no, pero, como en muchas otras ocasiones, una de las pocas formas que sé para decir las cosas es escribiendo, y creo que la cosa continuará así por un tiempo más. No me molesta que todos sepan por lo que pasé, porque fue real, sucedió y no me avergüenza, digo con orgullo que día a día lo supero, que despierto con más optimismo, más viva, con más ganas de estar aquí y hacer las cosas. Esto no desaparecerá en 5 minutos, en algunos meses o quizás años, pero puedo decir, que la decisión de iniciar otra vez, pararme frente a esto con valor y saber que triunfare la he tomado, y es ahora, ahora es un buen momento para iniciar.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Confesión...

Sabes lo que es para una persona depresiva el hacerse daño, como usualmente todos lo llaman, yo lo llamo “mi forma de olvidar”, sí, es la forma, has escuchado alguna vez el dicho “un clavo saca otro clavo”, en este caso, un dolor quita, borra u oculta otro dolor. Muchas veces se dice que esto es casi una adicción, un tipo de droga que te hace sentir bien, si, además de todo el proceso a nivel químico en tu cerebro, además de los estudios ya realizados y todo lo que demuestran las estadísticas y experimentos, veámoslo a nivel personal, me hace sentir bien, ¿por qué? Eso es obvio, olvido aquello que en el momento me está haciendo demasiado daño, ese dolor incontrolable que aparece en algunas ocasiones en que ha sido necesario utilizar este método, como hace dos meses, un mes y como casi fue necesario ayer, es tan difícil controlar ese impulso, una vez dije “ahora me temo, más que hace cinco minutos atrás, porque ya no sé qué podré hacer” ahora digo “podré parar alguna vez”, no crean que va por una falta de apoyo, no tiene que ver en que “pobrecita, ella está sola, su hija lejos, padres poco comprensivos, no tiene a sus amigos y encuentra a puros pasteles como pareja” no, jajaja pareciera que sí, pero puedo decir que tengo amigos increíbles que están a mi lado y que intentan como sea sacarme de esto, tengo una familia rara, pero sé que me apoyarían, si yo les pidiera ayuda, aunque no quiero que me miren con cara de pena :/, mi hija aunque lejos, la siento más cerca que nunca, porque esas no son razones para estar mal, pero aquí es donde quedo en jaque y me pregunto, ¿qué es lo que me tiene así de mal?, ‘¿qué es, en este punto lo que me hace sentir tanto dolor?, mi orgullo herido, el haberme equivocado, el haber confiado tanto y que me fallaran, que destruyeran por completo todo sueño e ilusión, el que me hayan llevado al punto de reconocer un error en mi vida. Sí, dicen que un orgullo dañado duele más que otras cosas, lo he comprobado, de la forma más difícil y complicada. Hacerme cortes o cosas así solo refleja al exterior lo que en mi interior se oculta, las risas, sonrisas, las miradas furtivas, soñadoras e ingenuas. ¿Qué hacer y cómo lo hago? Es tan complicado, es tan difícil tener la voluntad y poder dejar todo atrás, olvidar, borrar todos esos sentimientos, ¿cómo se logra eso?, con ¿un clavo saca otro clavo?, o con el ¿dolor que quita otro dolor? Responde…