martes, 19 de junio de 2012

Complicada, confusa y abstracta...

Es tan complicado, confuso y abstracto lo que pasa por mi cabeza, muchas veces, como ahora mismo, por ejemplo, me deja atónita el comportamiento y actitud que he presentado hace tan solo unos minutos atrás (no recuerdo exactamente cuántos), creo que para cualquier persona que presenciara estas cosas, estas crisis, estas escenas, sería bastante impresionante, el cambio de mi estado anímico, el estar llorando a mares, sentirme pésimo, con ganas de que estés aquí, que sea real, que no solo sea un juego, desear mandar todo al carajo, que no haya mañana en el cual pensar, extrañar tus abrazos, caricias y besos, querer verte, escucharte, sentirte y saber que no va a pasar a menos de que tengas ganas, porque es un juego, donde se supone que somos amigos, pero, la verdad, es que no quiero más amigos, quiero alguien con quien contar, con quien llorar en silencio, con quien compartir mis risas, mis metas, que me apoye sin importar cuan loca sea mi propuesta o mi plan para el día siguiente, pero no, no es así, solo tengo personas cuadradas, con su delineada crítica, con su frío comentario, todo estandarizado y calculado, nada que escape de los márgenes, nada que calce en mi mente, nadie que calce, como quiero, en mi vida, no es tan complicado, solo se trata de querer, y… ¿quererme? (tímidamente lo digo) porque quiero a alguien que me quiera, valore, espere, desee, sueñe, que quiera saber de mi día, que me escuche cuando lo necesito, quizás solo alguien que esté presente, tal vez ahora, o por el momento, pueda estar con amigas que me escuchen, pero, la verdad, es que estoy cansada de pagar por la compañía de las personas, porque la verdad es que si invito a alguien solo para que me acompañe, solo para que me escuche, solo porque estoy mal, bajoneada, o cualquier cosa similar, no vienen, les da flojera, lata, y están siempre ocupados, pero nadie se reúsa a una invitación, por lo que solo me queda utilizar esa carta, esa estrategia tan manoseada por tantos hoy en día, porque te extraño y no quiero hacerlo, porque quiero cubrir tu ausencia con otras personas, porque, como dicen, prefiero sacar un clavo con otro clavo a sentir que te necesito casi desesperadamente, a reconocer que puedes sacarme una sonrisa solo con un “hola”, a realmente decir que empiezo a querer estar con alguien, romper mi promesa, mi propia regla por un sentimiento, por arriesgarme, por el cariño de alguien, no vale la pena sufrir por esas leseras.

No hay comentarios: